Bulle
la masa en la plaza
ardiendo
de excitación,
hay
oles y una ovación
y un
fresco a una guapa abraza.
Deja
Companys su taza
de
café con magdalena
y se
apresta a la faena.
Tras
retocar su Gobierno
y
ajustarse bien el terno,
abrir
la ventana ordena.
Henchido
de ardor guerrero
y al
aire de una sardana
se
aproxima a la ventana
quien
de Maciá es heredero.
Con
pasión y no exagero
de
grandes tardes taurinas
ondean
las barretinas
mientras
vuelan las senyeras,
y
emigran las billeteras
por
gracia de manos finas.
-"¡Visca
el Estat Català,
que
da a España el finiquito
y
estatuye un chiringuito
que
menda presidirá!.
Como
el inmortal Maciá,
que
hoy yace entre los cipreses
nuestra
nación de payeses
en
solemne y gloriosa hora
dirá
a la España opresora:
¡Nos
vamos en unos meses!”
-"La
tierra de promisión
ya
muy cerca nos espera,
no
es momento de flojera,
sino
de armas y de acción".
Al
fin de su alocución,
tras
pronunciar su soflama,
a
Batet Companys llama
prometiéndole
clemencia
si
sirve con obediencia
y al
nuevo Estado él aclama
-"Un
triunfo tan de postín,
de
salir por Puerta Grande,
exige
que le demande,
General,
sable y fajín".
Mas
Batet con retintín
le
responde en telegrama
con
el siguiente epigrama:
- "Acuso
atento recibo
de
su envite delictivo
que
deshonor me reclama
Con
tan notorio motivo
he
despachado instrucciones
de
atajar alteraciones
con celo gubernativo.
Para
hacer esto efectivo
basta
un cabo con galones
y,
detrás, dos pelotones
bregados
y un poco agriados
que
pongan bien emplazados
en
San Jaime dos cañones"
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