jueves, 21 de abril de 2016

El tiempo se paraliza




Marcho a un curso vespertino
son las cuatro, ¡qué modorra!
y encima el tema me torra,
¡maldito sea mi sino!
La charla es un desatino,
su contenido es birrioso,
el ponente, bochornoso,
su verbo, zafio y pedante,
la dicción, balbuceante,
y el tono, muy fatigoso

Su discurso exasperante
zigzaguea sin sistema,
su impericia es tan extrema
que llega a ser hilarante.
La audiencia torna menguante,
pues quien puede se da el bote
sin importar que se note,
el tiempo se paraliza
mientras la gente agoniza
soportando tal azote