De entre los “mimos” molestos,
y aunque el “abrazo” del oso
suele ser muy doloroso,
los de Pablo son funestos.
Si atizas bien uno de éstos
al que tu mando ha retado
y de tu gloria ha dudado,
juntando un beso al abrazo,
a su vida pones plazo,
su muerte le has obsequiado
y aunque el “abrazo” del oso
suele ser muy doloroso,
los de Pablo son funestos.
Si atizas bien uno de éstos
al que tu mando ha retado
y de tu gloria ha dudado,
juntando un beso al abrazo,
a su vida pones plazo,
su muerte le has obsequiado
(espinela publicada hace unos días por mí como contribución en el blog de Santiago González. 13/02/2017)
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