jueves, 16 de julio de 2015

Instrucciones para ser "abajofirmante"





Escuchadme bien clarito
los bisoños aspirantes
que soñáis con compartir
la cultura militante
de esa izquierda que es divina,
con moral tan delirante
que critica la opulencia
mientras se infla a bogavante;
que afirma: “La religión
es muy mala y alienante”,
mientras reza al Che Guevara
y a su dios, el Comandante;
que clama contra los yanquis
con gesto beligerante,
y anhela la roja alfombra
del Hollywood rutilante;
denuncia que la derecha
está falta de talante,
mientras niega pan y sal
a las voces discrepantes,
imponiendo la “unidad”
por medios mas bien “tajantes"

Para firmar manifiestos
de esos de “abajofirmantes”
debéis cumplir ciertas reglas,
todas son muy importantes:
podéis firmar como artistas
aunque seáis principiantes
si al cuello lleváis kufiya,
y os hacéis los diletantes,
dará igual que vuestro arte
sea postizo y pedante;
para firmar hay más cupos,
por ejemplo, el de cantantes,
que distingue a consagrados
de los putos debutantes;
luego están los profesores
titulares o ayudantes,
arquitectos y abogados
es mejor si son pasantes;
hay cupo de funcionarios
o el amplio de comediantes
que incluye a los tramoyistas,
sastres, mimos y feriantes;
en la parte solidaria
no están mal los cooperantes,
los toleran religiosos
con tal de ser protestantes,
mas prefieren yihadistas;
luego están los emigrantes,
aunque valen ucranianos,
les molan más con turbante,
un Yusuf y un Mohammed
suenan siempre “interesantes”;
nuestra Torre de Babel
es momento emocionante,
cuando lees Kepa o Joan
u otro nombre semejante.
Y están los que no son nada,
de aquestos siempre hay sobrantes.
Por supuesto hay prohibiciones:
no les van los comerciantes,
ni tampoco militares
aunque sean almirantes,
les molestan los toreros,
comerciales o viajantes,
los obispos y banqueros
darían seguro el cante


6 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque me he reído a mis anchas tras leer sus hilarantes instrucciones, amigo mío, espero que comprenda que debo hacer caso omiso de las mismas. Sus versos son brillantes, pero sigo sin querer ser "abajofirmante", delicioso término y felicísima idea de su pícaro cacumen. Es más, con su permiso, me permito mandar a los infiernos a los tales. Y ya irán, ya irán...
Un fuerte abrazo, amigo mío...

E. M.

P. D.: Creo que no podré resistir la tentación de exponer mañana en el Salón Principal del Club cierto soneto lopesco que ha poco he leído. Tal vez lo conozca usted. Es tan veraz como genial. Le recomiendo que no se lo pierda...

Gulliver dijo...

Mi vanidad me podría impulsar a ser abajofirmante, pero sólo en el hipotético caso de que los egos de los otros se sujeten al mío y pueda imponer a los demás mi suprema condición de "arribafirmante" del escrito en cuestión (sea el que sea)
Muchas gracias por su amable comentario, apreciado D. Epicuro Marcial
Un abrazo

Unknown dijo...

El ahora firmante, querido GULLIVER, quiere exponer:
No hay mayor gilipollez que pensar en una Izquierda Unida, arrogante y bien avenida como buena familia unida mientras no haya poder o dinero.
Mientras prime el monedero, el bogavante y el poderío, habrá de correr un río o un torrente: que toda la gente es torrente y al final de su vida un río que va a la mar, que es el morir, habitáculo del bogavante. No es el bogavante el marisco más exquisito, según mi entender ( en Asturias llamado bugre), pero cocinado con arroz y mucho cariño, logra una exquisitez inapreciable por el sabor que aporta, más que por otra cosa relativa a sus carnes, como sucede con la langosta, demasiado correosa e insípida. Pero los horteras de cabecera no se han dado cuenta de que en las lonjas del norte resulta más barato y está más fresco el marisco que el pescado tadicional: sardina, bonito del norte, anchoa (en Asaturias se llama bocarte), que ya no tenemos por la mala gestión del politiqueo y por la "manu militari" de Europa, que impone restricciones (que siempre han cumplido nuestros pescadores) y que Francia se pasa por el "ARCO DE TRIUNFO" en el Cantábrico.
Que sí, que me he pasado con las empanadillas de Móstoles y te pido perdón; te pasaré la receta del arroz con bogavante/langosta si me lo pides. Pero la izquierda va mal.
Un abrazo, Gulliver.

Gulliver dijo...

Querido Jano,coincidimos en el diagnóstico: la izquierda va mal y huele aún peor. Lo malo es que el pueblo español está comprando ese pescado que tan mal huele. No sé qué les pasa a las pituitarias de nuestros paisanos que olfatean a la Carmena, a Errejón y a Pablo Iglesias y sin embargo desean consumirlos en vez de tirarlos a la basura.

Por lo demás, ¡venga esa receta de arroz con bogavante! (es una de las pasiones de mi santa esposa)
Un abrazo

Unknown dijo...

Pues... aquí va la receta del arroz con bogavante.
INGREDIENTES (ZUTATEN) PARA 4 PERSONAS NO MUY "FARTONAS" (QUE COMEN MUCHO):

-Un bogavante rondando el Kg.
-Un diente de ajo (o dos, según gusto).
-dos pimientos choriceros medianos (también existe la posibilidad de comprar un tarrito ya preparado). En el caso de pimientos secos, deberemos ponerlos en remojo el día antes.
-Aceite de oliva virgen (ese oro líquido que tenemos en España, por ahora).
-Un Kg de arroz (yo siempre utilizo la marca SOS, de Sueca).
-una botella de vino Albariño (no es necesario que sea una gran marca, en algunos supermercados hay Albariño barato).
-Azafrán en rama o molido, dos sobres.
-(opcional): pimiento rojo/verde e incluso una guindilla riojana; eso sí, todo muy picadito en la tabla, que se mezclen los sabores y las texturas.

ELABORACIÓN:
Lo primero es el asesinato del bogavante (si aún está vivo): introducir el cuchillo en el "cuello" para paralizar al ser y después cortarlo en sentido longitudinal por la mitad, tras haber retirado las antenas; el telson (la cola formada por 3 ó 4 aletas)se añadirá al guiso sin problema.
En un recipiente ancho y bajo (tipo paellera) se echa aceite hasta cubrir el fondo (yo pondría 1/2cm después de estar el aceite caliente)y procedemos al sofrito: el pimiento choricero, previamente preparado o ya preparado, el ajo (muy picadito) y lo que decidamos añadir; el azafrán y, siempre revolviendo y a media cocción, colocamos las dos mitades del bogavante (boca a abajo) y las vamos rociando con el aceite. Cuando el bogavante haya soltado su esencia y esté doradito se retira y añadimos el arroz (una tacita de café por persona), revolviendo todo hasta que el arroz esté impregnado. Es el momento de añadir el agua y subir el fuego mientras revolvemos todo, con la adición de las dos mitades del bicho, sal al gusto (mejor esperar al momento el que empieza a consumirse el agua) y un chorretón de Albariño, desde el principio de la cocción, para poder añadir más si lo consideramos oportuno. El Albariño sobrante nos lo beberemos, frío, con el exquisito plato.
El resto de la elaboración es como cualquier plato de arroz.
Espero que lo cocines y me digas tu opinión.

Gulliver dijo...

Muchas gracias por la receta, querido Jano. En cuanto pueda, me pongo a ello (aunque probablemente renuncie al asesinato del bogavante)
Un abrazo