Jueves
santo,
Viernes
santo,
duelo
y
llanto.
Tanta
aflicción
es
de
espanto;
no
sé
ni
como
la
aguanto,
ni
soporto
ni
resisto,
ver
al
hombre,
ver
a
Cristo
tragar
hiel
¡está
tan
visto!
y
en
filas
indias
detrás
y
delante
nazarenos,
nazarenos,
nazarenos,
unos
diez
mil,
indio
más
indio
menos,
el
interminable
lote;
por
docena,
un
iscariote,
de
agudos
de
capirote;
el
impenitente
brote
de
unicornios
de
bicornios
de
tricornios;
la
teoría
del
cuerno
rogándole
al
Padre
Eterno
que
nos
libre
del
Infierno.
Y
el
blandón,
el
cirio,
el
hacha,
y
el
hacha,
el
cirio,
el
blandón,
y
suma
y
sigue
la
racha,
y
¡toma!,
más
procesión,
y
otro
paso,
y
otro
envite,
hasta
que
Dios
resucite.
y,
¡qué
tonos!
la
semana
está
de
monos.
y
va,
que
arde,
de
cera
litúrgica
la
carrera;
la
de
Cristo
nos
espera;
muchos,
muchos,
muchos,
muchos,
¡¡cucuruchos!!
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