*
Ríos
de blancos furgones
vierten
su espuma de muertos
sobre
un mar de llanto helado
que
congela su tormento.
Como
icebergs de madera
sobre
un cristal de lamentos
navegan
los ataúdes
azotados
por el duelo.
Bajo
el espejo de hielo,
corrientes
de sufrimiento
se
agitan en torbellinos
cual
fantasmales espectros
En
los gélidos sepulcros
vacíos
ya de recuerdos
los
sacos de fría muerte
ignoran
que aguarda el fuego
Soledades
ateridas
por
la ausencia de unos besos
glacial
escarcha de angustia
de
agonías sin consuelo
En
camposanto de hielo
tienen
su morgue los muertos,
pido
a Dios entre sollozos
que
los abrace en el cielo
*
publicada en el blog de Santiago González el jueves 16 de abril de 2020
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