Inicio aquí una serie de entradas en las que reflexionaré sobre la política catalana.
Pasadas unas fechas ya desde el 9 de noviembre, en el que la sociedad catalana fue convocada a una consulta que pretendía ser un referéndum y que quedó en agua de borrajas (aunque con muchas borrajas en el caldo -unos 2 millones-), creo que procede meditar seriamente sobre las cuestiones nucleares que se suscitan por los actores intervinientes en la escena política.
Un primer aspecto que ha sido destacado en la prensa de Barcelona es el del riesgo de que la acción de la Fiscalía General del Estado presentando una denuncia penal contra los protagonistas de la consulta pueda cerrar la vía del diálogo.
Les traigo aquí la portada de la Vanguardia de hace unos días
Me planteo a qué se refieren con eso del diálogo. Tras un proceso de análisis y evaluación de los antecedentes que existen sobre el tema, solo me cabe una conclusión:
El diálogo es la continuación del "tres per cent", por otros medios
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