sábado, 3 de julio de 2010

Tango y bolero en "Boquitas pintadas"



Boquitas pintadas es seguramente una de las más logradas novelas de Manuel Puig (1932-1990), escritor argentino mundialmente conocido por El beso de la mujer araña llevada al cine en 1985 por Héctor Babenco y protagonizada por William Hurt -que obtuvo un Oscar por su interpretación- y el inolvidable Raúl Juliá).


Manuel Puig se adentra en el mundo de las novelitas de amor, de los folletines (en la misma fuente de la que beben las telenovelas y los culebrones), realizando una espléndida crónica sentimental de una sociedad provinciana y de un tiempo. Boquitas pintadas toma su título de un verso del tango "Rubias de Nueva York" de Le Pera y Gardel.

Deliciosas criaturas perfumadas,
quiero el beso de sus boquitas
pintadas.
Frágiles muñecas
del olvido
y del placer:
ríe su alegría
como un cascabel.




La novela se presenta como un "folletín en dieciséis entregas" que se agrupan en dos partes. Cada parte consta de 8 entregas y cada entrega está encabezada por un fragmento de un tango o de un bolero.

El juego de las canciones y sus letras permite al autor insertar el relato en su adecuado contexto narrativo, teniendo en cuenta los muy diferentes sentimientos expresados en el bolero (asociado al romanticismo, la nostalgia o el idilio) y en el tango
(asociado a la sensualidad, la traición, la violencia o el amor fatal).

La primera parte -Boquitas pintadas de rojo carmesí- incluye fragmentos de “Cuesta abajo”, de Le Pera/Gardel (...era para mí la vida entera); “Charlemos, de Luis Rubinstein; “Rubias de Nueva York”, de Le Pera/Gardel (... deliciosas criaturas perfumadas,/ quiero el beso de sus boquitas pintadas); “Tal vez será su voz", de Manzi/Demare (Las sombras que a la pista trajo el tango/ me obligan a evocar a mí también,/ bailemos que me duele estar pensando/ mientras brilla mi vestido de satén); nuevamente “Rubias de Nueva York”, de Le Pera/Gardel (... dan envidia a las estrellas,/ yo no sé vivir sin ellas); “Cuesta abajo” de Le Pera/Gardel (... una lágrima asomada yo no pude contener); “Arrabal amargo” de Le Pera/Gardel (... todo, todo se ilumina); y “Volver” de Le Pera/Gardel (Yo adivino el parpadeo/ de las luces que a lo lejos/ van marcando mi retorno./ Son las mismas que alumbraron/ con sus pálidos reflejos/ hondas horas de dolor).


La segunda parte -Boquitas azules, violáceas, negras- incluye fragmentos de “Cuesta abajo”, de Le Pera/Gardel (...si fui flojo, si fui ciego,/ sólo quiero que comprendas/ el valor que representa/ el coraje de querer); “Volvió una noche”, de Le Pera/Gardel (Sus ojos azules, muy grandes se abrieron,/mi pena inaudita pronto comprendieron/ y con una mueca de mujer vencida/ me dijo: "Es la vida". Y no la vi más), (Se fue en silencio, sin un reproche,/ había en su alma tanta ansiedad...); “Mi Buenos Aires querido”, de Le Pera/Gardel (...fue el centinela/ de mi promesa de amor); nuevamente “Volvió una noche”, de Le Pera/Gardel (... las horas que pasan ya no vuelven más); “Golondrinas”, de Le Pera/Gardel (... la golondrina un día su vuelo detendrá); “Azul”, de Agustín Lara (...azul, como una ojera de mujer,/ como un girón azul, azul de atardecer); y, finalmente, “Volver”, de Le Pera/Gardel (Sentir,/ que es un soplo la vida,/ que veinte años no es nada,/ que febril la mirada/ errante en la sombra/ te busca y te nombra).


Como dice Emir Rodríguez Monegal, Manuel Puig crea en Boquitas pintadas un habla y una escritura basadas en la radionovela, el tango y el folletín. “Los personajes piensan con letras de canciones populares y se emocionan, aman, odian, hasta matan, apoyados en unos versos que escribió algún letrista más o menos olvidado”.






Boquitas pintadas fue publicada en 1969 y llevada al cine en 1974 por Leopoldo Torre Nilsson.


2 comentarios:

Monsieur de Sans-Foy dijo...

No le conocía esta faceta maleva y porteña, amigo GULLIVER.
Otra afición en común.
Hace tiempo incluí el tango en mi humilde repertorio poético, y nunca lo pierdo de vista:

CAMINA (TANGO)

Un silencio preñado de esas frases letales
que jamás pronunciamos, tras pensarlo mejor.
Una sarta mezquina de pecados veniales
que le echamos al caldo para darle sabor.
Horas mustias y eternas de estreñida rutina
que ofrecemos al tedio, nadie sabe por qué.
La avidez que remite, la pasión que declina,
los abrazos insulsos como posos de té.
Visto está que la vida tiene muy malos modos,
que a la fuerza te lleva donde no quieres ir:
Mira al suelo y camina... echa a andar como todos,
pues es raro el que vive como quiere vivir.

Monsieur de Sans-Foy

Gulliver dijo...

Monsieur: Un honor su visita y muy bello su tango.

El juego de Manuel Puig en esta novela es prodigioso. Su lectura suena a tango.