Tras breve Revolución
que a Isabel manda al exilio,
Prim y Serrano en concilio
estudian la situación.
No quieren otro Borbón
pues el Felón e Isabel
dejaron pobre cartel.
Ya no serán reincidentes,
en Europa hay pretendientes
que elevarán el nivel
Como en la Corte hay jaleo,
para evitar la de Troya
piensa Prim en la Saboya,
¡se lo juro,… no bromeo!
En Saboya está Amadeo
que se acomoda al Patrón:
guapo, cristiano y masón,
liberal, buen progresista
y con dotes de estadista,
¡como Rey será un bombón!
Saca Amadeo billete
y en dirección hacia España,
aunque sea tierra extraña,
parte raudo cual cohete.
Al llegar se ve en un brete,
muerto Prim, nadie en la Corte
garantiza su soporte,
feo trance el de Amadeo
que puede perder su empleo
si le expiden "pasaporte"
Le proclaman como "electo"
unas Cortes divididas
y discurre el Rey medidas
que apuntalen su proyecto.
De Madrid lo más selecto
es invitado a un festín.
El almuerzo es de postín:
Consomé, budín, venado,
pularda, salmón ahumado
y champán para el chinchín
Trajo de Italia Amadeo
"da Butti", su favorito,
el vino más exquisito
para honrar su jubileo.
Pasa que en pleno "papeo",
solicita una botella,
"¡se la pimpló una doncella!",
dice en excusa un lacayo,
y el chef padece un desmayo
pues es quien responde de ella.
Rebuscando en la bodega
hallan un vino de marca
y se lo dan al Monarca
como “da Butti” de pega.
Sabiendo que se la juega,
al servirlo el chef se excusa
con razón algo confusa:
-“Majestad,
hallar no atino
ese
vino con que vino,
cuya
fama es tan profusa”
-“Permita
que le sugiera:
tengo
un regio Cariñena
de
una añada mazo buena
y un
Ribera que es la pera”...
-“¡Ambos
caldos, de bandera!”,
dice el Rey, mientras escancia,
y brinda con elegancia:
-“Aunque
no sean “da Butti”,
me
parecen muy “dabuti”,
¡quede
aquí para constancia!”