(abstractas reflexiones sobre el "amor de tribu" inspiradas tras unas recientes declaraciones de la diputada de la CUP, Anna Gabriel)
Engendramos
en cuadrilla,
en
común y en colectivo
con
frenesí amativo
y
disciplina sencilla:
No
importa quién te cepilla,
-de
ese tema no me ocupo-
me
encanta tomar mi cupo
y
me doy por bien chingada,
si
al final quedo preñada
en
el tiberio del grupo.
Es
importante el bullicio
de
una peña muy entregada
a
acrecentar la manada
pues
no hay tribu sin fornicio.
Consumado
el natalicio,
al
tener padre optativo,
del
clan será putativo
y
panda habrá que le atienda
mientras
torno a la jodienda
por
deberme al colectivo
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