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Las primeras nieves en el Tozal del Mallo preludian el invierno
Otoño en la Pradera de Ordesa
El suelo es una sinfonía de colores
Las hayas luchan con las rocas para sobrevivir
Eterna pugna entre bosque y piedra
Y como despedida, la Peña Montañesa, apenas vislumbrada entre nubes, vista desde el castillo de L'Ainsa
3 comentarios:
D. Gulliver: Hermosas fotografías.
Decía Vargas Llosa que el mayor descubrimiento que hizo al venir a Europa fueron las estaciones, que cambiaban el paisaje como no ocurría en su país, donde siempre es primavera.
En estas latitudes (unos 43º N) las estaciones se suceden y nos cambian el entorno de manera sorprendente, logrando que el paisaje sea distinto.
Un saludo.
Precioso.
Ordesa se merece una visita en cualquier estación, pero especialmente en otoño
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